jueves, 18 de julio de 2013

Encuentro

Decenas de sombras de palomas surcaron el suelo de aquella plaza iluminada por el Sol en un mediodía sin nubes, cuando Jorge, quien estaba leyendo en una banca levantó la mirada. Al otro lado, después de que las palomas llegaron a la torre de la iglesia que está a un costado de la plaza aún quedaba una sombra con dos cabezas devorándose la una a la otra. Jorge, quien se quedó pálido, conoció ese día lo que se sentía ser engañado

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